Sopa Fría de Persia con Camarones

Cuenta la historia que en la antigua PERSIA, los habitantes de aquellas regiones desérticas sufrían severas deshidrataciones debido a las altas temperaturas y grandes distancias que debían recorrer para trasladarse dentro de tan grande imperio; de otro lado tenían un problema de sobreproducción de leche que ocasionaba pérdidas incalculables a los propietarios de bastos hatos de ganados caprino, que obligaba a sus propietarios a encontrar usos alternativos para la producción láctea.

Las tribus nómadas pronto se dieron cuenta de que la leche se convertía en una masa semi sólida al transportarla en sacos de piel de cabra, porque el calor y el contacto de la leche con la piel de cabra fomentaban su fermentación mediante la acción de bacterias ácidas. Esta bebida, que además de ser una fuente poderosa de nutrientes, vitaminas y minerales, se constituía en una bebida sana, refrescante y deliciosa, que la denominaron “AIRAN”, el primer yogurt de la historia.

La facilidad de transporte, conservación y propiedades nutritivas convirtieron al yogur en un alimento esencial para estos pueblos. Algunos historiadores creen que Gengis Khan obligaba a sus tropas a tomar este producto para fortalecerse y tener una salud envidiable.

El yogur se conocería en distintas partes del mundo y pronto se incorporó a la cocina de numerosas civilizaciones. Los griegos lo utilizaban para curar problemas de estómago e intestinales. Por su parte, en La India, era conocido como ‘dahi’, alimento que se atribuía a los dioses. De ahí cada zona lo bautizo de manera diferente: Turquía (Jogurt / Eyran/Ayran), Líbano y algunos países árabes (Leban / Laban), Irán y Afganistán (Mast / Dough), Grecia (Tiaourti), Finlandia (Fiili), Brasil y Portugal (Iogurte), Cerdeña (Gioddu), Rusia (Donskaya / Varenetes / Kurunga), Resto del mundo (Yoghurt / yogurt / yaort / yourt / yogur / yaghourt).

El yogur permaneció durante muchos años como comida propia de India, Asia Central, Sudeste Asiático, Europa Central y del Este hasta los años 1900, cuando un biólogo ruso llamado Ilya Ilyich Mechnikov expuso su teoría de que el gran consumo de yogur era el responsable de la alta esperanza de vida de los campesinos búlgaros. Considerando que los lactobacilos eran esenciales para una buena salud, Mechnikov trabajó para popularizar el yogur por toda Europa.

Aquí les comparto una receta exquisita para estos días veraniegos, de almuerzo o comida, es una sopa muy refrescante, suave y de exquisito sabor. Esta es una adaptación de la receta de Kevin Poulter, ex dueño de los reputados restoranes Frederick’s y Mollie’s, actualmente anfitrión y socio de coquinaria –el primer emporio de lujo de Santiago.

Ingredientes

8 personas

    Procedimientos

    Paso 1

    Preparación

    En un bol mezclar los camarones en láminas, yogurt, crema acida, caldo vegetal, mitad del pepino y la mitad del ciboulette y la mitad de la menta. Revolver bien y sazonar con sal y pimienta, dejar al menos 2 horas en el refrigerador.

    En platos hondos individuales verter la sopa, decorar la superficie con los camarones enteros, resto de pepino, caviar, ciboulette, menta , semillas sésamo y amapola y chorrito de aceite oliva. Servir de inmediato la idea que se tome fría.

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