Omelette de Erizos (Fusión Huevos del Mar y Huevos de la Tierra)

Habrá a quien los erizos de mar le parezcan moda más o menos reciente de los restaurantes. Nada más lejos de la realidad. Los griegos los conocían de sobra y los consumían abundantemente de aperitivo, como documentan sus propios escritores (Aristóteles, Epicarmo o Ion de Quios). También figuraban en la alimentación de los romanos, que los comían sazonados con vinagre, perejil y menta. En Pompeya se han encontrado restos de caparazones.

Las zonas de mayor difusión del consumo de los erizos históricamente son el Mediterráneo, la Patagonia y las zonas tropicales.

En España los comían tradicionalmente los pescadores de Andalucía, Asturias o Cataluña.

Tienen un delicado sabor a mar que los hace exquisitos. Algunos los han llegado a comparar con el caviar. En palabras de Julio Camba (La casa de Lúculo o el arte de comer) “»… El erizo es un extracto de mar, un hálito de borrascas, una esencia de tempestades. Al primero que uno se toma, la boca no se le hace simplemente agua: se le hace agua de mar, con todos los olores y los sabores marinos. Y después de tomarse quince o veinte docenas –porque el tomar este marisco no es comer ni beber, sino respirar en pleno Océano-, la más fina langosta le sabrá a uno a galápago y las mejores almejas a neumático de automóvil. No hay marisco alguno que sintetice el mar de un modo tan perfecto como el erizo… »

Los mas fanáticos como Julio Camba, no solo degustan sus lenguas sino también disfrutan del cangrejo sin caparazón que vive de manera simbiótica en su interior. El único requisito es comerlo vivo (muerto es un veneno), razón por la cual es clave ponerlo en la lengua y sentir que se mueve, si lo hace uno lo aplasta contra el paladar y saborea su intenso sabor a erizo.

En Chile los podemos encontrar en el litoral de Arica a Punta Arenas, diferenciándose los del norte por tener lenguas (que en realidad son las gónadas) mucho más pequeñas y de color amarillo anaranjado y las del sur mas amarillentas y de mayor tamaño.

No pasaron tampoco desapercibidos para la alta cocina francesa. Durante la Belle Époque se comían simplemente abriéndolos y mojando migas de pan, por lo que a veces se referían a ellos como oeufs de mer (huevos del mar).  Inspirado en este hecho y del clásico Omelette Frances esta esta receta, Omelette de Erizos, una mezcla de huevos del mar y huevos de la tierra.

Ingredientes

    Procedimientos

    Paso 1

    Preparación

    1) Ponga los erizos y los huevos en un recipiente de la mini pimmer y procese hasta formar una salsa uniforme (puede hacerlo con batidor también).

    2) En un sartén al fuego ponga mantequilla y aceite de oliva, cuando se empiece a derretir la mantequilla agregue los erizos y los huevos.

    3) Empiece el proceso para hacer un omelette:
    a. Revuelva en la primera etapa con una espátula a fuego lento.
    b. Cuando empieza a cuajar distribuya la mezcla y cocine lento.
    c. Una vez que la superficie esta casi por cuajar, tome un extremo y dóblelo dandole formar al omelette.

    Paso 2

    * 9 imágenes

    Paso a paso

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