Bloody Mary

Todos los cócteles clásicos tienen una historia detrás que ya quisieran los mejores vinos.

El Bloody Mary es uno de los cócteles más consumidos pero nadie sabe a ciencia cierta dónde o cómo comenzó su historia. Se dice que todo comenzó en el Harry’s Bar de París cuando un americano llamado Fernand Petoit hizo una mezcla de vodka y jugo de tomate a partes iguales. Esto ocurría en la década de 1920, diez años más tarde, ya en la ciudad de Nueva York en el King Cole Bar del hotel St. Regis, al cóctel Bloody Mary se le añadiría pimienta, limón, salsa Perrins y tabasco dando origen al actual Bloody Mary.

Se dice que el nombre del cóctel Bloody Mary se tomó de la Reina María I de Inglaterra, más conocida como María Tudor. Esta monarca fue la cuarta de la dinastía Tudor y es recordada por abolir totalmente las reformas religiosas introducidas por Enrique VIII y someter de nuevo a Inglaterra a la disciplina papal el 30 de noviembre de 1554 con el apoyo del Cardenal Reginald Pole. Durante dicho proceso, condenó cerca de 300 protestantes a morir en la hoguera en las Persecuciones Marianas, recibiendo por ello el apodo de María la Sanguinaria (en inglés, Bloody Mary).

Algunas curiosidades respecto de Bloody Mary. Su equivalente en cóctel pero sin alcohol es el Virgin Mary. Dicen que el Bloody Mary es perfecto para combatir las resacas (probablemente por el aporte que hace el jugo de tomates).

Ingredientes

    Procedimientos

    Paso 1

    Preparación

    En el vaso mezclador, ponemos unos cuantos cubitos de hielo, vodka, jugo de tomate, salsa Worcester, 3 gotas de salsa de Tabasco, limón y una pizca de Pimienta negra y sal.

    A continuación removemos bien con la cuchara de mezclar rápido para que se enfríe y para que no se nos derritan los hielos. Finalmente lo servimos en un vaso alto y le ponemos para adornar un tallo de apio y una pajita. También lo podemos preparar en la coctelera o en la batidora.

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